mardi 13 décembre 2016

Un fotógrafo de nuestro tiempo (Daniel Blaufuks)

12 de diciembre de 2016, por Lunettes Rouges






Daniel Blaufuks, from the series Attempting Exhaustion, 2016




John Berger cumplió 90 años el 5 de noviembre. Ese día su editor inglés hizo una venta flash a 50%. Así que, aunque no tenga todavía la totalidad de las obras completas de este hombre que admiro me estoy acercando. Estaba leyendo su primer libro, una novela de 1958, A Painter of Our Time (Un pintor de nuestro tiempo). Es el diario de un pintor húngaro, Janos Lavin, exiliado en Londres, diario comentado por su amigo John, critico. Janos pinta deportistas, desnudos, gaviotas; Janos, dice sarcásticamente el director de la escuela de arte en donde enseña, es nuestro vínculo con la tradición pictórica. Cuando al fin le llega el éxito, Janos desaparece : se va a principios de octubre de 1956 para Hungría, el país que había dejado en 1919 después del fracaso de Béla Kun y adonde vuelve justo antes de la revuelta antisoviética. No sabremos más.


Si el libro, de la pluma de John, describe estupendamente bien el taller del pintor, el universo de las galerías londinenses o el ambiente de una inauguración, Janos, en las entradas de su diario no deja de interrogarse sobre la pintura (Berger fue pintor en su juventud), habla maravillosamente de sus luchas con el lienzo, de sus frustraciones y esperanzas; desde ese punto de vista es un libro que coloco en mi panteón al lado de Giacometti de James Lord. Janos habla también de las relaciones del arte y de la política, del socialismo en el arte : ¿Para qué sirve el arte, su sentido, su misión? Dada la época, se trata bastante de realismo socialista y de arte al servicio del proletariado, pero ello no es más que un pretexto. Janos cita al escultor alemán Gerhard Marcks "El arte no existe para mitigar el aburrimiento de los que no tienen ideal".


Si, pero ¿qué ideal? ¿cómo hacer? El artista puede ser activista revolucionario con piedras o un fusil, o puede poner su arte al servicio de la revolución y producir propaganda. O, escribe Janos, ciertos raros artistas pueden sencillamente seguir su vocación y estar dispuestos a morir por ella. Delacroix, Cézanne, van Gogh, lucharon por su visión, pusieron toda su energía para encontrar las formas visuales para traducirla, y, al hacerlo contribuyeron a construir un mundo mejor, más auténtico, más rico. Son verdaderos revolucionarios, aunque sus obras hayan sido congeladas en los museos. Hace unos años me encontré con Berger por los lados de Ramallah, es un hombre con convicciones y que se compromete por ellas, pero es ante todo uno de los raros críticos que saben así de bien hacer entrar el mundo real en el interior de sus críticas.




Daniel Blaufuks, from the series Attempting Exhaustion, 2016




Ese es el libro que estaba leyendo el otro día cuando fui a la exposición de Daniel Blaufuks (hasta el 14 de enero) en el nuevo espacio de la galería Eva Cortes (un White Cube funcional en un barrio soso pero eficaz, después de haber pasado años en un apartamento encantador a orillas del Tajo : profesionalización). Blaufuks, fotógrafo de la memoria, del recuerdo, de la historia, del genocidio de los judíos, fotógrafo atormentado por el pasado. Pero aquí, prácticamente ha fotografiado un solo objeto, objeto insignificante y lo más cotidiano posible : la mesa de su cocina y la ventana que la ilumina. Bebiendo leche o café, leyendo el periódico, comiéndose una fruta, nada más banal.




Daniel Blaufuks, Jornal,, from the series Attempting Exhaustion, 2016, 29x41cm




Las veinte fotografías expuestas, el centenar de imágenes del pequeño periódico de la expo (aquí arriba), las miles de tomas hechas, son ante todo, es evidente, un intento de agotamiento. Pero, a diferencia de Perec, el tiempo es ilimitado y el punto de vista es unívoco : en el campo de mira no entran ninguna distracción, ningún ser humano o perro errante o bus 93. Allí en donde Perec absorbía el mundo a su alrededor en tres días, Blaufuks durante más de tres años no se interesó sino por este pequeño espacio desierto y habitado por él solo. Pensamos en Viaje alrededor de mi habitación de Maistre, pero un viaje encerrado en él mismo.






Daniel Blaufuks, from the series Attempting Exhaustion, 2016




La incesante repetición que muestra con diferentes modos fotográficos (analógico y numérico, blanco y negro y color, polaroïd y películas clásicas) no parece obedecer a un protocolo preciso y conceptual sino más bien a los humores del artista. El deseo de agotamiento, de absorción, se vuelve casi patológico : Blaufuks cita al borgiano Ireneo Funes que murió de una indigestión de memoria, más sabia que visual : yo pensé más bien en la memoria eidética de la artista inglesa Lindsay Seers a quien la absorción compulsiva de imágenes volvió muda hasta los ocho años, y una vez que controló la palabra, no dejó de seguir ingiriendo fotografías por la boca.




Daniel Blaufuks, Panorama,, from the series Attempting Exhaustion, 2016, 46x18x22cm




Nos impacta también la tentativa formal de ir hasta el extremo de la representación, la nostalgia de la materialidad de la fotografía y el cuestionamiento de la realidad fotográfica. Como para subrayarlo mejor (y provocarnos), en medio de la sala, entronizado, un soporte miniatura con visores pequeños de plástico, mono o estéreo, herramientas irrisorias de visión, si lo son, y nos obliga a contorsionarnos para pegar el ojo y ver de nuevo las imágenes sobre la pared detrás de nosotros.





Daniel Blaufuks, 21 de Setembro de 2015 3:06, from the series Attempting Exhaustion, 2016, 100x150cm





Son fotografías extraordinarias, con, naturalmente, primero, un trabajo sobre la luz : lateral, que viene de una ventana vetusta, a veces con vidrios de colores, 
no estructura el espacio como lo hace Vermeer, lo acaricia. A menudo el aspecto de la materia es fascinante, como el fundido de la leche en el vaso duralex (aquí arriba) o la sensualidad brutal de la cáscara de los limones, más como Chardin que como Cézanne (aquí abajo). Son bodegones que no tienen el rigor frío de Cézanne o de los cubistas, respiran la glotonería de Flandres o la exuberancia de un Lubin Baugin.




Daniel Blaufuks, 20 de Julho de 2015 5:38, from the series Attempting Exhaustion, 2016, 110x160cm




Muchísimas referencias artísticas en estas fotografías, de Chardin a van Gogh y de Malevitch à Vermeer, quizás demasiadas : ¿los tornasoles estarán ahí realmente por casualidad o a propósito?
En cambio, pocas palabras : los periódicos y libros puestos sobre la mesa son intencionalmente ilegibles y no identificables. Solamente una foto de esquina (aquí abajo) colgada bien arriba (como icono tutelar) deja ver unos libros amontonados (de nuevo van Gogh), y es ahí en donde encontramos, además que a Perec, a Sebald y Theresienstadt, todos los espectros que persiguen a Daniel Blaufuks.





Daniel Blaufuks, 17 de Julho de 2015 6:26, from the series Attempting Exhaustion, 2016, 60x90cm




Volviendo a Janos Lavin (y a John Berger), la obra formal, mucho menos "activista" o "comprometida" que las anteriores, es tanto como ellos una obra "en el mundo", más allá de las apariencias. Al ir hasta el extremo de su propósito, al intentar agotar una situación o mejor, su representación, al abordar esta tarea imposible, Blaufuks nos habla de impotencia y de resiliencia, cuenta sus esfuerzos, y como estos, incansables, cambian la visión del mundo : de la estética de lo banal para justificar que vale la pena vivir la vida. Podemos perifrasear para él el título del libro de Berger (cuyo narrador nos dice además que hubiera podido llamarse Retrato del artista como emigrado).


Todas las fotos : Daniel Blaufuks, from the series Attempting Exhaustion, 2016. Courtesy of the artist and Galeria Vera Cortês. Foto: Bruno Lopes
Excepto las fotos 5 & 8, del autor.




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