dimanche 30 août 2015

La sal de la tierra, la sal de nuestras lágrimas

27 de julio de 2015 por Lunettes Rouges





Henrique Vieira Ribeiro, Sal, 2013



Se trata de fotografías grandes coloreadas, abstractas, de fotografías de materia pura en las cuales al ojo le cuesta reconocer formas distinguibles con una escala que no sabemos como entender por falta de referencias : quizás sea el cielo sin nubes un día en el que el sol enrojece, quizás sea una vista aérea o satelital de un paisaje de Sahel bajo un cielo de plomo en el cual ríos secos dibujaran una trama, quizás sea una macro fotografía del corte de un cuadro que estuvieran restaurando cuyos pigmentos antiguos mostrarían los estratos micronizados alejados de cualquier representación pictórica. Captamos solamente que se trata de flujo y reflujo, de formas fluidas y entrecruzadas, de alquimia coloreada y de materialidad misteriosa.



Henrique Vieira Ribeiro, Sal, 2013





HenriqueVieira Ribeiro expone en el Museo de Faro en Algarve (hasta el 20 de septiembre; comisaría de Andreia Cesar) fotografías-cuadros que resultan siendo vistas de las salinas de la región : lo que vemos aquí son las huellas de la sal sobre la tierra, marcas en el suelo, en la vegetación, en la vida. Imágenes extrañas compuestas delicadamente, armoniosas en su caos incierto. Como las nubes de Equivalentes, aquí el encuadre ya no tiene sentido : lo que hay fuera del marco no es sino proliferación anárquica, cancerosa, la misma metáfora de la sal fuente de vida y de muerte a la vez.




Henrique Vieira Ribeiro, Sal, chimigramme, 2013




Pero aquí se trata de fotografía, y también de química fotográfica, sales de plata, como cloruro de sodio que contrastan con sus esplendores de colores flotantes en los cuales la mirada se clava meditativamente; otra pared presenta pequeños tesoros oscuros delicadamente enmarcados : son  quimigramos (técnica inventada por Pierre Cordier, quien cita a László Moholy-Nagy : "la herramienta principal del proceso fotográfico no es el aparato sino la emulsión fotosensible")  se trata de agregar sal y otros productos al papel fotográfico que se expone directamente a la luz, sin aparato, sin agrandador, entonces se producen reacciones físico-químicas imprevisibles que generan formas orgánicas grisáceas las que se alejan todavía más de la representación de lo real. Para mi algunas de ellas evocan las secretas fotos atómicas de Harold Edgerton reveladas por James Elkins : es el mismo intento audaz para ir al corazón de la materia, al corazón de la fotografía, puesto que esta alquimia revela también la exploración de la esencia misma de la fotografía.

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