lundi 7 juillet 2014

El artista no es un mono sabio (Lucio Fontana)

7 de julio de 2014 por Lunettes Rouges

El artista no es un mono sabio (Lucio Fontana)

(Artículo original en francés aquí)
Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 3, 1964
Lo más interesante de la exposición Lucio Fontana en el MAMVP (Museo de Arte Moderno de la ciudad de París) (hasta el 24 de agosto) es que presenta no solamente sus lienzos más conocidos, en torno del Concetto Spaziale, sino también la otra faceta de su obra, cerámicas y esculturas. Sobresale la manera como muestran el recorrido histórico y estético del artista (a pesar de la discreción sobre su adhesión entusiasta al fascismo), y nos permite ver mejor de que manera los huecos y laceraciones de sus lienzos eran, para él, una extensión del espacio pictórico, la apertura de otra dimensión : dicho esto, incluso si él se explicó un poco, se debe tener en cuenta la dimensión erótica de la hendidura, que se evoca en esta exposición gracias a sus poco conocidos dibujos de desnudos, y que son bastante reveladores.
Pero en lugar de hacerles un curso de historia del arte, quiero explorar un solo aspecto, a la vez mínimo y crucial. El catálogo de la exposición empieza con seis fotografías de Ugo Mulas de 1964 que muestran a Fontana trabajando en su taller, meditando ante el lienzo virgen (y la imagen de arriba, de gran formato, es también, la primera visión que tenemos al entrar en el Museo, antes de ver la obras), preparado para lacerarlo y luego haciéndolo.
El artista trabajando.

Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 1, 1964
Excepto que es falso, es espectáculo.
Mulas cuenta en su libro La Fotografía que Fontana no quiso que lo fotografiara en el momento en que laceraba el lienzo, pues le parecía que era demasiado espectacular y sobretodo molesto, pues le impedía concentrarse, y lo hacia ver como a un mono sabio (estoy parafraseando*) representando  un gesto trivial, como si, dijo más o menos, yo viniera todos los días al taller con traje completo (Fontana era un señor bajito, siempre muy elegante, trajes de buen corte, zapatos lustrados, bigote impecable, se le ve rara vez con blusa de trabajo manchada con pintura) lacerara algunos lienzos y volviera a casa. Recordemos que todos sus lienzos lacerados se intitulan "Espera". Mulas, que conocía y respetaba a los artistas, aceptó el rechazo de Fontana, y aquí tenemos una secuencia totalmente fabricada, en donde Fontana parece que meditara, parece que enterrara su cuchillo en el lienzo virgen, que luego reemplazan por un lienzo lacerado de donde parece que retirara su cuchillo. 
Una manipulación completa.

Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 4, 1964
Quizás para Mulas fue reveladora esa incapacidad del acto fotográfico de informar sobre la creación artística, quizás sea ello lo que le llevo al límite, él que en ese entonces era reconocido como uno de los mejores fotógrafos de artistas, y lo que lo condujo a interrogarse sobre la esencia misma de la fotografía y a producir sus Verifiche, cuestionando radicalmente por primera vez en la historia de la fotografía (al tiempo que Jan Dibbegs y John Hilliard) lo que es ontológicamente la fotografía.


Ugo Mulas, Lucio Fontana Attesa, 5, 1964
Sólo podemos oponer esta actitud a la vez respetuosa, introvertida, pero también simuladora de Mulas, con la obstinación de Hans Namuth para fotografiar y luego filmar a Jackson Pollock trabajando, hasta el extremo de desviar su trabajo haciéndolo pintar sobre un vidrio y no en el suelo, con el fin de filmarlo por debajo. Sabemos hasta que punto esa manipulación del artista para alcanzar una supuesta verdad de la imagen fue nefasta para Pollock, que, la misma tarde volvió a beber a pesar de que estaba en cura, e intentó romperle la cara a Namuth.


Photo (c) Filip Tas
Sin embargo, luego, para que la demostración quede imperfecta, descubrimos, por si tenemos la paciencia para mirar los vídeos, en un rincón de la exposición, una película de la televisión belga (del 3 de diciembre de 1962), entre italiano, flamenco y francés, en la que, el 12 de noviembre de 1962, Fontana, siempre impecable, en el apartamento del coleccionista flamenco Louis Bogaerts (que había organizado esta colaboración al proponérsela a cada uno de los artistas) en Knokke le Zoute, cerca de la frontera belga, oblitera (es verdad que no lacera) un lienzo, no de él sino del pintor belga Jef Verheyen, cómplice y presente. Sin gran meditación aparente puesto que justo antes el reportero lo entrevista, Fontana se concentra durante 40 segundos, ensaya en silencio el gesto que va a ejecutar, y luego en 20 segundos como en un violento fulgor, baila ante el lienzo y lo oblitera, con un gesto elegante y como deportivo (la torsión de su cuerpo recuerda la del antiguo discóbolo) que los juegos de sombra acentúan de forma muy estética. La luz, la violencia del gesto evocan una película de cine negro, una escena de crimen. Es más bien un gesto de escultor que de pintor, que evidencia su formación, y marca su transgresión, su negación de la pintura. 


Lucio Fontana et Jef Verheyen, Le Jour, 1962, 211x140cm
El cuadro del que hablamos se intitula Le Jour, y se puede ver en la Galería Tornabuoni hasta el 20 de julio. Es un gran lienzo dorado, que, se diferencia de los monocromos pintados por Fontana porque no es totalmente liso, ni inexistente pictóricamente : se pueden distinguir trazos, huellas de pincel, variaciones de textura, de espesor, de claridad, de formas subyacentes. Va puncionada por 18 huecos : los nueve primeros creciendo, cada vez más fuertes, cada vez más violentos. El décimo al contrario, pequeñísimo parece un descanso, una respiración. Los últimos son más irregulares, la curva, hasta ahí impecable se vuelve vacilante. El lienzo había desaparecido y fue el galerista quien lo encontró al igual que la película.


Captura de pantalla, del autor
Esta pequeña película de actualidades es, según parece, el único testimonio visual de Fontana en acción. Qué deducir? Que está jugando? Que dos años después delante de Mulas se habría vuelto desconfiado? O más reflexivo? Que el lugar, el apartamento de un coleccionista y no su taller, y sobretodo el hecho de que no sea su obra sino la de Verheyen, por lo tanto una obra colectiva, lo "relajan", y reducen su moderación ? No lo sé, es un bonito enigma.


*Mulas transcribe así las palabras de Fontana " no podría hacer una de esas grandes hendiduras con alguien moviéndose a mi alrededor. Siento que si hago una hendidura de ese modo, sólo para la foto, sin duda no será ... no es seguro que no salga bien, pero no me gusta hacerla delante de un fotógrafo, o de cualquiera. Necesito una gran concentración."

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